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Trabajo, consumo, mercancía:

 
Reflexiones libertarias en torno a las dinámicas del Capitalismo contemporáneo
   
El fin de la Historia. Postmodernidad. Circulación. Espectáculo. Consumo. Subalternidad. Postindustrialismo. Globalización. Tecnología. Alienación. Sociedades de control. Contaminación. Postneoliberalismo. Crecimiento y Decrecimiento. Explotación. Ecología.

La intención del presente ciclo es la de analizar, problematizar y proyectar perspectivas para potenciar acciones contra las actuales formas de dominación y explotación. Para ello, proponemos un espacio de producción colectiva, en donde poder encarar, como anarquistas, estas cuestiones y organizar nuestra resistencia para pensar horizontes de emancipación.

 
Itinerario de los primeros 5 encuentros:

  • 6/9: Proyección del documental “Surplus: terrorized into being consumers” (52´ - Erik Gandini, 2003) y posterior debate. 
  • 13/9: Discusión de “Reflexiones post-anarquistas: revolución, diferencia y deseo” de Antón Fernández de Rota. 
  • 20/9: Discusión de “La catástrofe del postmodernismo” de John Zerzan. 
  • 27/9: Discusión de “Nueva vuelta de tuerca del Capitalismo” de Alfredo Maria Bonanno. 
  • 4/10: Discusión de “Seis tesis sobre Municipalismo Libertario” de Murray Bookchin.

  
Martes 19:00 hs. - Federación Libertaria Argentina
Brasil 1551 (Cap. Fed.)
 
InDisciplina – Colectivo de Producción Libertaria
 

SEPTIEMBRENEGRO.INFO

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[Texto repartido en la movilización del jueves 25/08 al consulado chileno en Buenos Aires]


En momentos álgidos de agitación social, el Estado/Capital y sus servidores (como el Partido Comunista, la Concertación y el gobierno) intentan ensayar fórmulas que apuestan hacia la desmovilización. Primero fue la criminalización lisa y llana, luego, al crecer la movilización y generar legitimidad más allá de los medios, fue necesario aceptar y mostrar como legítimas sus demandas, para pasar a criminalizar la violencia callejera.
Desde la lupa del Poder toda acción que desborde la protesta “ciudadana”, pacífica y respetuosa de las instituciones; es calificada de vandalismo, robo. Se intentó instaurar la división al interior del movimiento, generando falsas dicotomías: o violentista o no-violento, o creativo o delincuente. Luego se escucharon exigencias de plebiscitos, asambleas constituyentes y demás basura burguesa del PC. Si hay movimiento, si hay capacidad de presión ¿Qué diálogo vamos a pedir? ¿Un plebiscito para diluir nuestra capacidad organizativa?
Hoy sigue la protesta, no hay acuerdo, las bases se siguen organizando y la solidaridad con otros sectores (trabajadores portuarios, mineros, bancarios, oficinistas, familias en general) abre un universo de posibilidades. Pero parece que sí hay un acuerdo, un acuerdo entre el gobierno y los “dirigentes” del movimiento estudiantil (como Camila Vallejos del PC): “la violencia no es un recurso válido, hay que defender la democracia”.
La violencia no es el único método de lucha, pero no podemos negarla como válida, legítima y claramente efectiva. Los medios masivos (burgueses de por sí) no nos pueden marcar el terreno. Es hora de terminar con separar prácticas que son inherentes a cualquier intento de transformación de la sociedad. La ingenuidad no está en creer que se “pide lo imposible”, sino que lo posible es aquello que se logra de forma pacífica, en el congreso y respetando todos los parámetros de cómo el enemigo quiere que “luchemos”.
Todos los sujetos que se manifiestan a través de cualquier medio contra el actual sistema de educación chileno son origen y producto del mismo. Los menores de edad que se manifiestan son estudiantes y si no lo son, son desertores del sistema escolar, que seguramente no han encontrando en sus instituciones los elementos para reintegrarse a los liceos.
Otros tantos son mayores, innumerables deben ser los que nunca han pisado una universidad, precisamente porque la educación de mercado los excluye. Otros quizás, ya no son estudiantes, porque no pudieron seguir pagando y se quedaron con abultadas deudas por carreras que no pudieron terminar. Ejemplos podrán sobrar, pero lo cierto, es que hoy en Chile, bajo las condiciones que imperan hay motivos de sobra para manifestarse con todos los medios posibles. La rabia, la impotencia, la exclusión no pueden canalizarse sólo a través de “carnavales culturales” o de protestas festivas, pues el impulso natural de la frustación no está maquillado de payaso ni adornado con globos. El jueves 4 de agosto, ante la negativa del gobierno para autorizar las manifestaciones convocadas, la gente estalló. En Chile se levantaron miles de barricadas, la represión fue brutal, pero al menos sirvió para que unos pocos se atrevieran a romper con esa funesta caricatura del buen ciudadano, que respeta los conductos de la sana democracia y que se manifiesta bajo los parámetros que le permite la ley. Este movimiento necesita seguir transgrediendo límites.

¡Arriba las tomas que anulan la forma burguesa y autoritaria de enseñanza!

¡Arriba los destrozos que desgarran la rutina degradante del día a día!

En la cooperación entre pares, en la autoorganización está la belleza. Lo más violento sería volver ahora a la normalidad.
Que tiemblen los “dirigentes”, porque esto se desborda. La negociación no es una opción. Bases contra direcciones, delincuentes contra negociadores. La Anarquía entrando en acción.
Hermanos, que los saqueos a los bancos continúen, que las barricadas no se extingan, porque a la distancia, con su belleza iluminan nuestro camino y encienden nuestros corazones.

Amigos, compañeros: ¡Fuerza y cariño!

:: ANARQUISTAS ::
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Ciclo de lecturas y debates libertarios
Repensando a Bakunin
"Yo no soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad de los demás, lejos de restringir o de negar mi libertad, es, por el contrario, su condición necesaria y su confirmación. Me vuelvo libre, en el verdadero sentido, sólo gracias a la libertad de los demás: cuanto mayor es el número de personas libres que me rodea y más profunda y más grande y extensa su libertad, más profunda y mayor se torna la mía. Por el contrario, es la esclavitud de los hombres la que establece una barrera para mi libertad, su bestialidad implica la negación de mi humanidad porque, lo repito nuevamente, puedo considerarme una persona libre sólo cuando mi libertad, o sea, mi dignidad y mi derecho humano, cuya esencia es no obedecer a nadie y seguir la guía de mis propias ideas, es reflejada por la conciencia igualmente libre de todos los hombres y vuelve a mí, confirmada por el asentimiento de todos. Mi libertad personal, así confirmada por la libertad de todos los demás, se extiende al infinito".

Cuando hablamos de Mikhail Bakunin, pensamos en la figura mítica del gran revolucionario ruso de la 1º Internacional… sin embargo, Bakunin también puede ser pensado en otras claves: el hombre de la acción directa, el antagonista de Karl Marx, el teorizador de la Libertad, el filósofo, el solidario, y muchas otras, demostrando de esta manera un pensamiento y un accionar propios de un gran sujeto antiautoritario, que constantemente pensaba su circunstancia y su época, y en virtud de ello, proyectaba perspectivas emancipatorias.
La intención del presente ciclo es la de desacralizar su figura, para realizar una lectura objetiva de sus pensamientos, propuestas y acciones. Contextualizar, comprender su coyuntura y su bagaje conceptual, para reflexionar y proyectar conceptos y acciones.

Proponemos seis encuentros para desarrollar los siguientes ejes:

·         5/7 1º Encuentro: Presentación, propuesta de trabajo y reseña biográfica.
·         12/7 2º Encuentro: Filosofía y naturaleza humana en Bakunin.
·         19/7 3º Encuentro: Pueblo, clase y la cuestión nacional.
·         26/7 4º Encuentro: Noción de Libertad y Estado.
·         2/8 5º Encuentro: Acción revolucionaria y praxis política.
·         9/8 6º Encuentro: Marx y la 1º Internacional.
Martes 19:00 hs. - Federación Libertaria Argentina
Brasil 1551 - Capital Federal
InDisciplina – Colectivo de Producción Libertaria
colectivoindisciplina@gmail.com

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       Despertamos. Desayunamos. Viajamos a la facultad. Caminamos velozmente en la calle para que nada nos interfiera. No escuchamos, no miramos; nada nos debe detener. Las publicidades estáticas nos rodean y decoran nuestro trayecto con la ilusión de un mundo mágico en el que la felicidad es posible gracias a la compra y venta de mercancías.

Llegamos. Ingresamos. Hacemos un profundo esfuerzo por transitar velozmente hacia nuestra aula de cursada. Miramos hacia adelante y hacia abajo, para no cruzar miradas con nadie ni observar ningún cartel que nos distraiga. Nos extienden volantes y publicaciones: Nada, no las tocamos. Alguien busca hablarnos, pero le ignoramos. No podemos perder tiempo.
Entramos a nuestra aula. Buscamos un asiento. No nos interesa quienes están al lado nuestro. Nuestro horizonte es el pizarrón. No miramos a los costados. No hablamos con nadie. Ingresa el docente. Se acomoda. Esperamos.
Comienza la clase. Escuchamos y copiamos. Lo que pensamos, lo acomodamos a lo que nos dice. No cuestionamos, lo asumimos como certeza. Desarrolla ideas, cierra conceptos, y nos pregunta “¿hay dudas, alguien no entendió algo?”. Silencio. Todos y todas asentimos. Anotamos correctamente los nombres de los autores citados, y el título de los textos.
Termina la clase. Nos levantamos y retiramos hacia la salida. Derecho a casa. Debemos ir a leer los materiales para confirmar que todo lo que nos dijeron era verdad.
Miramos Tinelli. Miramos Fútbol. Termina nuestro día. A dormir.

  • Buscando desaprender
Más o menos esta dinámica se repite día tras día entre la gran mayoría de nosotros y nosotras, estudiantes de Ciencias Sociales. Hay cosas que hacen ruido. Hay cosas que buscan desviarnos de la dinámica impuesta, pero los mandatos con los que cargamos y que nos determinan cotidianamente son bastante fuertes. Ese mensaje, impuesto por nuestros padres y por otras personas que se consideran con autoridad para opinar, nos dice “a la Universidad se va a estudiar, y no a hacer política”. Sin embargo, el no hacer política es, precisamente, una decisión política.
Es así como podemos ver los resultados de esta sociedad autoritaria y vertical, que dispone roles y determina acciones (básicamente de subordinación) en donde la docilización de sus componentes se vuelve una necesidad para el sostenimiento del modo de producción capitalista; se nos construye desde niños y niñas como futura mano de obra, como sujetos serviles y domesticables, que solamente se dedican a trascender de una institución a otra, acentuando en cada una de ellas algunos de los futuros rasgos de explotación. En el medio, se nos imponen practicas de consumo y socialización con la intención de constituirnos en sujetos alienados, orientados nada más que a la satisfacción de intereses personales (a través del consumo masivo, muchas veces innecesario), a la apatía y el desinterés generalizado.
Esta lógica la vemos operando en todas las instancias educativas, en donde se pretende impartir conocimientos, pero no se hace otra cosa que la imposición de matrices de pensamiento y de domesticación mental. Así, del jardín de infantes pasamos a la instrucción primaria, luego a la secundaria, y al final, la Universidad como ámbito de perfeccionamiento de los futuros cuadros dirigentes de la sociedad capitalista.
Corresponde preguntarse entonces ¿Todo lo que hacemos y pensamos es una linealidad, algo predeterminado y establecido? ¿No hay incertidumbre? ¿Existe un plan que hay que seguir y del cual no hay que apartarse? ¿Quién o quienes lo determinaron? ¿No hay lugar para nuestras propias ideas e inquietudes? ¿El plan de estudios está constituido brillantemente y no hace agua por ningún lado? ¿El sentido de la carrera es certero? ¿Cursarla nos dará inmediatamente salida laboral? ¿En que tipo de profesionales nos convertimos?
Romper con la apatía, desprendernos de los mandatos, destruir las matrices de dominación que cargamos sería un buen comienzo. Comenzar a preocuparnos por lo que nos sucede y por lo que le sucede a quienes se encuentran a nuestro lado significaría comenzar a desactivar los dispositivos alienantes que nos han impuesto. Cuestionar al docente, preguntarnos por el sentido mismo de nuestras carreras y la forma en que están constituidos los planes de estudio. Comprometernos con lo que sucede en nuestras aulas, nuestras carreras y nuestra facultad. Participar y proponer en las asambleas estudiantiles aportaría realmente en la constitución de la movilización estudiantil necesaria para cuestionar lo instituido, y proponer algo diferente.
  • Asambleas sin verdad
Sería injusto quedarnos estrictamente en la crítica de los condicionamientos externos que dispone la apatía y el desinterés generalizado en las aulas y pasillos de la facultad, si antes no somos capaces de reflexionar sobre lo que sucede durante la movilización y las asambleas.
¿Podemos hablar de asamblea cuando unos proponen, los mismos disponen y los otros aprueban lo ya decidido? En las asambleas de Sociales esto es frecuente y es así desde hace años. Se confunden los objetivos de los y las militantes con los objetivos de los estudiantes sin una experiencia previa militante. ¡Peor! Se confunden los objetivos del partido al que pertenecen los líderes con los de los y las estudiantes en su conjunto.
Cuando los y las militantes imponen sus consignas, sus objetivos, amparados en una ansiedad legítima, los y las estudiantes independientes movilizados por la causa concreta coyuntural tienden a alejarse y desmovilizarse. En general se expresan sensaciones de desconsuelo ante la omnipotencia de aquellos que tienen la voz cantante, que se expresan con firmeza sobre temas más delicados que firmes. En síntesis, se generan situaciones jerárquicas al interior del estudiantado movilizado, que lamentablemente solo reditúa para la institucionalidad contra la que buscamos actuar.
No se trata de construir conciencia, participación, diálogo: se trata de "aparatear", de imponer para cumplir con los fines de la agrupación y/o del partido.
Las BASES de ciertos grupos tienen muchas virtudes dentro de los valores socialistas. Pero estas personas de socialistas intenciones se acercan a los partidos en busca de contención, de una canalización para tanta fiebre de cambio, y apenas comienzan, ya se notan las primeras modificaciones en ellos mismos. Donde antes había preguntas ahora hay certezas. Donde antes había comprensión ahora hay arrogancia. Donde antes había diálogo ahora hay monólogo. Donde antes había vínculos ahora hay contactos.
Al militante le cambia la cosmovisión: ahora tiene LA VERDAD, esa que buscó durante toda su juventud y que ahora (aunque la juventud probablemente no haya terminado) finalmente encontró.
Este asunto de LA VERDAD, instituida en tanto sistema autolegitimizante de su accionar y que inevitablemente de expone como instancia jerarquizante entre el estudiantado, es el que impide el diálogo, impide la empatía de quienes no la encontraron, impide el acercamiento real entre la apatía y la participación.
La política debiera interesarnos a todos y a todas. Nos afecta (aunque no queramos) y las opciones son tener voz y voto, o (con suerte) sólo tener voto y que la voz sea la que los demás quieran. Sólo con el debate y la costumbre de debatir uno se vuelve más atento, absorbe ideas ajenas, rellena de contenidos y posibilidades aquellos lugares de la mente donde sólo hubo nebulosa. El conocimiento se construye o se imparte. Se imparte a quiénes están en proceso de aprendizaje y se construye con quiénes consideramos iguales.
En una asamblea se supone que todos nos consideramos en una base de igualdad. Sin esta concepción de la asamblea, ésta cae por su propio peso. Y con ella caen las ilusiones de quiénes quisieron participar. Si un partido o agrupación envía emisores de la verdad, entonces no considera a la asamblea en situación de igualdad: se considera superior a ésta. Y si este partido se autoproclama socialista, bueno, ¡qué confusión!
El sujeto de la revolución socialista no es el estudiante. El estudiante está en una etapa pasajera de su vida. Asiste a un establecimiento para que le impartan conocimientos sobre los que se considera ignorante. Esto es así porque esta es la forma en que está estructurada la educación hoy en día en esta parte del planeta.
Es importante que los militantes que toman el micrófono en cada encuentro de esta facultad, que le niegan horas al sueño, a los amigos, a la familia, procuren ahorrar ansiedades. Podrían, quizás, aprovechar la postura de “alumno” de quienes escuchan y procurar abrir debates, puertas, ventanas... y no cerrarlas con respuestas.
No se trata de guardar el secreto de la revolución detrás de la mampostería de un edificio. Se trata de construir una posibilidad. Y también se trata de esperar, porque los cambios de ninguna sociedad se producen cuando un grupo quiere sino cuando la mayoría está preparada para sostenerlo.
Esa mayoría de estudiantes que vaga por los pasillos como zombis, que no ven ni sienten, que no se dejan conmover por los conflictos edilicios, los de criminalización de la protesta, la toma de tierras, los conflictos en otros países lejanos, por los paros, por los pares… quizás se haya alejado. Quizás empezó a estudiar siendo sensible, pero se frustró al no encontrar esa verdad, al no buscarla… quizás quería proponer ideas que nunca fueron escuchadas, quizás quería participar. Quizás no. Entonces estamos en condiciones de pensar que el mundo no tiene remedio porque si los y las estudiantes de la facultad de Ciencias Sociales le cierran la puerta en la cara a los conflictos sociales, algo no está funcionando. Quizás seamos nosotras y nosotros, que nunca aprendimos a comunicarnos con nuestros compañeros de banco.
En ese sentido saludamos la iniciativa del cuerpo de delegados. Sería importante que tomemos nota de lo mencionado hasta aquí, para que las bases tengamos voz, para que tengamos voto, para que se atiendan las cuestiones menores, las coyunturales, las que muchas veces convocan al estudiantado… quizás, en un futuro no muy lejano podamos empezar a volar más alto. Si falla, hay que intentar de nuevo. Si vuelve a fallar, cambiar el contexto e intentar de nuevo. Tal vez aprendamos a organizarnos, a escucharnos, a respetarnos. Será cuestión de estar atentos y atentas, de esperar la ocasión para encontrarnos y de no arruinarla cada vez.
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El 27 de abril de 2010 un grupo de anarquistas se dio cita en la Embajada de Grecia en Argentina para pedir por la liberación de Giannis Dimitrakis. Este hombre fue capturado hace cuatro años por la policía mientras atracaba un banco. Se lo enjuició y se lo condenó a 35 años de cárcel. Además, se registró su casa, se persiguió a amigos y conocidos. Comenzó la persecución a “los anarquistas”. En estos días empieza la revisión de su causa…
En estos momentos, en Buenos Aires, hay cinco personas detenidas del grupo mencionado en primer lugar, acusadas de daños, lesiones, atentado, resistencia a la autoridad y prepotencia ideológica. Una de ellas está internada debido a las lesiones que le propinó la policía.
Esto nos lleva a varias reflexiones:

  1. ¿Por qué Dimitrakis roba un banco? En la teoría anarquista, robar un banco no es un delito porque los bancos roban primero. Lo hacen sistemática y legalmente. Y si hace falta, roban primero y después inventan una forma de que los cubra la ley como ocurrió en 2001 en Argentina. Ladrón que roba a ladrón… hace expropiación.
  2. Pero la ley no es la diferencia entre el bien y el mal, sólo presenta un marco de ordenamiento para que la sociedad (supuestamente caótica) sea predecible, lo que permite calcular costos y beneficios de inversión. Digamos que la ley marca la cancha que después embarra el capital.
  3. El contexto de ajuste para los griegos es una burla estatal. Mientras la crisis económica empeora (hundiendo más a los ya hundidos), hay pretensiones de seguir recortando para que los organismos internacionales de deuda vean con buenos ojos la posibilidad de otorgar un préstamo que le “dé aire” al sistema. Otra cuestión en la que los argentinos tenemos experiencia: el FMI, el BID, el BM, el Banco de París son organismos de deshuese, de intervención. Le dan a los gobiernos-marioneta las formas económicas liberales de ser y de hacer que al estar endeudados tienen que cumplir, a riesgo de subas de tasa de interés, cancelación de futuros préstamos para pagar los préstamos ya tomados, etc. El gobierno gana más dependencia del capital trasnacional y gana tiempo, para que la crisis le estalle al que venga después. No, del pueblo no se acuerda nadie, salvo cuando salen a la calle. Entonces, se los reprime.
  4. El grupo que se reunió en la Embajada se solidarizó con el preso Dimitrakis porque es un preso político. Aunque en un contexto de empobrecimiento, opresión y represión todo preso es político; pero este hombre además es anarquista. Ofrecieron pintadas para que el momento de protesta dure un poco más en el tiempo. Dicen que tiraron una bomba molotov a la nada, que no hirió a nadie, pero eso no importa. Son insurrectos.
  5. Durante el gobierno de Néstor Kirchner se aprobó en Argentina la ley antiterrorista. Estados Unidos, con George Bush a la cabeza en ese momento, llevó el proyecto de ley para que todos los gobiernos que se consideren aliados lo aprueben. Esta ley, según el Artículo 213 ter.- “Se impondrá reclusión o prisión de CINCO (5) a VEINTE (20) años al que tomare parte de una asociación ilícita cuyo propósito sea, mediante la comisión de delitos, aterrorizar a la población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo, siempre que ella reúna las siguientes características: a) Tener un plan de acción destinado a la propagación del odio étnico, religioso o político; b) Estar organizada en redes operativas internacionales; c) Disponer de armas de guerra, explosivos, agentes químicos o bacteriológicos o cualquier otro medio idóneo para poner en peligro la vida o la integridad de un número indeterminado de personas. Para los fundadores o jefes de la asociación el mínimo de la pena será de DIEZ (10) años de reclusión o prisión. [1]
  6. Esto significa que, dependiendo del contexto político, esta ley será aplicada a Al Qaeda o a un movimiento que se declare anti imperialista, ya que se podría entender que expresa un odio político anti norteamericano, por ejemplo. Si bien no está claro el modo en que esta ley se utilizó para justificar el encarcelamiento de los cinco anarquistas, sí se puede leer dentro de un contexto legal. El código penal que rige nuestras conductas públicas incluye este ambiguo artículo.
  7. Otro tema interesante es el de “prepotencia ideológica”. Los anarquistas están en contra de todo tipo de autoritarismo, opresión y prisión. No entra en ninguna letra chica la posibilidad de imponer por la fuerza las ideas. No existe. No se pretende tomar el Estado para luego concretar con el uso de su fuerza las demandas. El anarquismo está en contra del monopolio de la fuerza, legal o ilegal. Una ideología de libertad e igualdad no puede ser prepotente.
¿Estas cinco personas están siendo utilizadas como excusa para encarcelar, golpear o matar a futuros demandantes? La escalada de la inseguridad lleva al camino de la intolerancia ideológica, de la intolerancia racista (si es que cabe el término), de la intolerancia clasista. ¿Hacia qué senderos represivos nos conducen jueces de dudosa reputación como Claudio Bonadío (basta poner su nombre en cualquier buscador para obtener informes variados de situaciones de diversa ilegalidad, inmoralidad y canallería, que siempre quedan en la denuncia)? ¿Hacia qué senderos represivos nos conducen sistemas que reivindican y practican todas las formas de violencia contra una población indefensa y desesperada?
Mientras tanto, el gobierno macrista continúa persiguiendo y proponiendo condenas a desocupados y luchadores populares, al tiempo que sus patotas reprimen y desalojan por toda la ciudad. El presupuesto de salud y educación se reduce año a año, al tiempo que aumentan las prepagas y los colegios privados, restringiendo las posibilidades de desarrollo y mejores condiciones de vida para unos pocos y pocas, mientras el resto se hunde en la miseria.
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[1] Nótese que cualquier gobierno de Estados Unidos cumple y cumplió con las tres características.

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¡Basta de persecución y espionaje a los compañeros y compañeras estudiantes!
¡No a la judicialización de la movilización popular!
Al tiempo que se agitan los discursos grandilocuentes del bicentenario, donde se pretende resaltar un espíritu de unidad patriótica en pos de un gran proyecto nacional, la sociedad argentina se encuentra con casi la mitad de su población bajo niveles de pobreza, miseria y desempleo. El gobierno de Cristina Fernández y los partidos burgueses juegan a las escondidas en el Congreso, esgrimiendo retóricas moralistas en torno al manejo de fondos y subsidios, aunque todos y todas estén de acuerdo en realizar puntualmente los pagos a los acreedores de la deuda argentina, esa que esclaviza económicamente a la gran mayoría de hermanos y hermanas, mostrando la inutilidad del parlamentarismo en resolver las necesidades de los sectores subordinados y excluidos, y a la vez los beneficioso que resultan los dilatantes tiempos del accionar de los tres poderes republicanos para sostener las condiciones de explotación y miseria que vivimos día a día.
Mientras tanto, el gobierno porteño se pone y se saca constantemente la careta del fascismo neoliberal, aumentando el presupuesto de la maquinaria represiva e instalando la posibilidad de utilizar picanas eléctricas y enjuiciar a niños y niñas por cuidar coches, todo esto a costa de la reducción del presupuesto y los recursos destinados a salud, educación, construcción de viviendas y otras formas de asistencia social. Así, la ciudad de Buenos Aires se encuentra en camino de constituirse en un gran ghetto de la riqueza, un country gigantesco donde poco a poco los emprendimientos turísticos e inmobiliarios van dando forma a una urbe dócil y altamente tecnificada. La miseria, la pobreza y la desocupación van siendo restringidas y aisladas, con la intención de ser expulsadas para constituir un verdadero conclave del privilegio.
Es en este contexto que la movilización y agitación estudiantil, siempre solidaria con las causas populares, busca ser, una vez más, estigmatizada y judicializada. Mientras el rector Hallú digitó su reelección fraudulenta (a fuerza de favores y negociaciones con distintos sectores que concentran el poder) en una bochornosa y violenta ceremonia, el compañero German Feldman se encuentra enfrentando la posibilidad de un juicio por su participación en la toma del estacionamiento de MT. Asimismo, otros compañeros y compañeras enfrentan posibles causas contravencionales por su participación solidaria con la lucha de los compañeros y compañeras de Kraft en los últimos meses del año pasado.
La represión en Andalgalá, los constantes aprietes a los trabajadores y trabajadoras del subte y de todos los niveles del sistema educativo, los constantes desalojos y aprietes a espacios comunitarios y recuperados, entre otras innumerables causas populares que son hoy objeto de la persecución estatal y privada, nos muestran a las claras como el pretendido progresismo estrecha sus manos con los sectores más reaccionarios y concentradores de riqueza y privilegio para explotar y oprimir al pueblo.
Expresamos nuestra solidaridad con los compañeros y compañeras estudiantes que hoy están sufriendo la persecución y judicialización estatal. Llamamos al compromiso y la solidaridad con estas causas populares.
¡Basta de persecución y espionaje a los compañeros y compañeras estudiantes!
¡No a la judicialización de la movilización popular!
¡Aparición con vida de Julio López y Luciano Arruga!
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Grupo de lectura y debate
EN TORNO A LO LIBERTARIO


Sin dogmas, sin manuales, sin verdades ni certezas...

La intención es la de aportar a la constitución de un ámbito de producción teórica e intervención social, en donde se crucen perspectivas libertarias que cuestionen la matriz de pensamiento verticalista y autoritaria de la actual sociedad occidental capitalista.

Proponemos una jornada semanal de intercambio de experiencias y reflexiones que se orienten hacia la emancipación social, donde se problematicen permanentemente los aspectos e inquietudes que nos cruzan y trascienden a diario.


Los miércoles a partir de las 20hs.

en La Barbarie (sede Ramos, Fac. de Cs. Sociales, UBA)

Organizan:

Indisciplina - Colectivo de Producción Libertaria

La Barbarie - Comedor Estudiantil

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34 años han pasado ya desde el momento en que se instaurase físicamente la última dictadura militar, la que secuestró y asesinó a mas de 30.000 trabajadores y trabajadoras; estudiantes secundarias y militantes universitarios; madres y padres de familia; deportistas y curas párrocos; médicas, profesores y abogados; campesinos, pobres y desocupados en general, entre tantos y tantas que hoy no están con nosotros y nosotras.

Un proceso de exterminio que buscó desmantelar todo un tejido social y un proyecto inclusivo, en pos de otro que fuese la continuación histórica de aquel que siempre alentaron los sectores más privilegiados, esos mismos que siempre pensaron a un país y una sociedad con forma de una pequeña quinta que les redituase beneficios y ganancias, la de la miseria de muchos y muchas para el goce y disfrute de unos pocos y pocas.
Hablamos así, de la consolidación no solo de un modelo productivo subordinado y extractivo, sino también de un viejo anhelo presente históricamente en las distintas castas dirigentes. Hablamos, precisamente, de un modelo social y político restringido, ese que estaba presente desde el final de las guerras de independencia, que tomó forma de proyecto con Alberdi, que siguió luego con la consolidación institucional de Sarmiento y Mitre, y corporizó su forma genocida con Roca y el exterminio originario. El anhelo de dominio, control y docilización social presente en los gobiernos patronales de principios de siglo XX, y las dictaduras que van de Uriburu y Justo hasta la de Lanusse, y que toma finalmente la forma de maquinaria fascista de exterminio con la dictadura de Videla y cía., marcando el final de una etapa de nuestra historia, estableciendo precisamente el marco económico, político y social que vivimos y sufrimos hoy en día.
Sin embargo, nos encontramos en 2010. Nos encontramos en una época vertiginosa, en donde los flujos de información imponen minuto a minuto modas, discursos y personajes mediáticos que llenan las radios y pantallas con políticos que actúan como actores, y actores que opinan como políticos. Es la época de la información devenida mercancía, elaborada con precisión para llenar la atmósfera de ningún contenido. Es la época de la muerte de las ideas, y de la ausencia de las ideologías, en donde lo individual se impone a lo público; en donde el beneficio personal se impone al interés colectivo, y en donde la apatía se fomenta con fervor. Es la época en que los que protestan en las calles y las rutas por mejores condiciones de vida son terroristas.
Pero allí radica precisamente el contenido de la herencia más pesada de esa dictadura del ´76. El miedo, el terror, el pánico… Donde antes había risas y personas, hoy encontramos silencio y ausencias; donde antes existía la solidaridad y la amistad, hoy impera el egoísmo y el “sálvese quien pueda”; donde antes había lazos sociales y comunidades, hoy encontramos miseria, narcotráfico y explotación. La sociedad argentina, que siempre ha sido blanco de esos intereses concentrados, hoy finalmente se despliega como lo que es: la sociedad del gatillo fácil y la represión; la sociedad elitista que se ve a si misma como enemiga, y que duda de lo que se encuentra a su alrededor. La sociedad aterrada de si misma.
No se trata simplemente de recordar esta fecha como un fetiche político o un aniversario familiar militante. Se trata de pensar de una vez nuestra historia y nuestro destino como sociedad. Hay debates sobre el pasado que nunca se han dado, y reflexiones que aún se adeudan. No es posible edificar una sociedad mas justa mientras las calles y las paredes aún están manchadas con sangre popular. No hay chances de construir otra historia mientras el Estado y sus instituciones sigan representando a los sectores que fomentaron la muerte, y los asesinos y sus cómplices transitan alegremente por las calles en compañía de sus familias. No tiene objeto seguir amparando a empresarios y corporaciones que sigan generando ganancias a costa del sufrimiento y la sangre subalterna.
Producir proyectos y propuestas para una sociedad diferente debería ser la premisa en estos momentos en que se agitan fantasmas históricos con la construcción discursiva de un bicentenario que parece ser el marco que diluye el pasado y convierte todo lo acontecido en una suerte de lógica lineal que inevitablemente debía llevarnos a esto, y que encima lo presenta como un logro colectivo. Participar e intervenir son la forma de generar conciencia para cambiar lo existente.
Un pasado que no ha sido reflexionado, nunca nos permitirá pensar un proyecto social futuro inclusivo y más justo, en donde la miseria, la exclusión y la muerte constituyan un mal recuerdo.
Compromiso y acción son, precisamente, la principal manera de romper con esta sociedad aterrada que vivimos y habitamos. Revolvernos de encima lo duro de nuestro pasado, no significa tapar las cicatrices que arrastramos, sino que seamos capaces de observarlas, para pensar y construir algo diferente.

(de)Construir - Pensamiento Libertario Periférico
http://deconstruir.tk/
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