| 0 comentarios ]



Siempre estamos apurados y apuradas, aeorosoleando un stencil o pintando una consigna en una pared; siempre debemos ir a una marcha, corte de ruta o movilización; siempre tenemos que aguantar una huelga o asamblea de base en un sindicato; siempre estamos resistiendo en una kasa okupada o en un barrio tomado; siempre estamos piqueteando nuestra prensa o distribuyendo nuestro fanzine; siempre tenemos una reunión importante con compañeros y compañeras; siempre tenemos que asistir a una charla o una proyección de película para discutir con cumpas; siempre estamos organizando una feria o encuentro para difundir nuestros fanzines o nuestros libros; siempre estamos coordinando algún tipo de acción directa; siempre tenemos que…


La acción es, desde siempre, una de las cosas que caracterizan al Anarquismo. Seamos muchos y muchas, o pocos y pocas; seamos compañeros y compañeras jóvenes y entusiastas, o entrados/as en años y reflexivos/as; anarcocomunistas, anarkopunks, colectivistas, individualistas, organizacionistas, insurreccionalistas, anarcosindicalistas, vegans, sindicalistas revolucionarios/as, espontaneístas, anarko queers, sintetistas, anarcoespecistas, pacifistas, anarcofeministas, consejistas, plataformistas, primitivistas, autónomos/as, etc., etc., etc.… No importa el nombre o definición de los compañeros y las compañeras: el Anarquismo es Acción, es Compromiso, es Entusiasmo, es Participación, es Solidaridad, es Pasión; es Revolución, en síntesis. Sabemos, como anarquistas, que no estamos dispuestos y dispuestas a ceder nuestra capacidad de hacer o participar de diversas cuestiones (sociales, políticas, culturales, etc.). Creemos en la acción directa, y parte de eso implica que nos comprometamos en todo lo que nos atañe y nos interesa.
Por otro lado, hay algo que también es importante a la par de la Acción, y eso son las ideas.
Somos Libertarios y Libertarias, y más allá de poseer y leer a nuestros referentes y pensadores/as originarios/as, nos dedicamos a reflexionar y debatir por nosotros y nosotras mismas. Sea que nos referenciemos en algún autor o autora, o en alguna línea o corriente del pensamiento libertario, en todo eso influye e importa también lo que cada uno de nosotros y nosotras piense, sienta y comprenda. No tenemos un/a gran sabelotodo que nos dice qué pensar, y cómo. No poseemos grandes autoridades que nos digan lo que está bien y lo que está mal. No estamos subordinados y subordinadas a un gran Buró o Comité Central que resuelve y nos dicta lo que debemos decir y hacer. No les tenemos ni nos interesa tenerles.
Entendemos también, que existe una relación directa entre ambas cuestiones, entre nuestras ideas y nuestras acciones. Ninguna se impone a la otra, ni tampoco ninguna es más importante que la otra. Estamos hablando de un proceso dinámico, permanente y conflictivo, en donde todo es importante, y nada debe ser subestimado ni dejado de lado. Las ideas se traducen en acciones, y las acciones influyen y modifican las ideas.
Es posible que para algunos y algunas que no sean anarquistas y que tengan intenciones (como nosotros y nosotras) de cambiar lo existente para construir algo mejor y más justo, pensar en estas cuestiones sea confuso e inabarcable. Nos dicen idealistas, utopistas o soñadores y soñadoras. Nos hablan de que pensar, sentir y accionar como creemos es elegir el camino más largo, duro y complejo, y “que nos tenemos que ajustar a la realidad, a lo que existe”. Que hay que votar y esperar a que el triunfo de partidos, líderes o “políticos honestos” permita la introducción paulatina de cambios. Que hay que aportar para la instauración de un régimen dictatorial basado en la dirección política de una clase social que, por tratarse de la más oprimida, sabrá llevar adelante los cambios económicos necesarios, y que la desaparición del Estado y otras cuestiones sociales y culturales, llegarán solas con el tiempo…
Nada de esto nos contenta. Nada de esto nos alcanza. Nada de esto nos satisface. Queremos todo; queremos la Revolución, pero también queremos Libertad, Igualdad y Justicia. Todos y todas somos importantes, y todos y todas valemos lo mismo. Por eso somos Libertarios y Libertarias. Queremos la destrucción absoluta de todo Estado y de toda forma o estructura de explotación, dominación y enajenación. Queremos la destrucción y desaparición absoluta del Capitalismo en todas sus formas. Queremos la destrucción de todo aquello que es injusto, y construir un nuevo mundo basado en principios que no tengan nada que ver con la mezquindad, la codicia, la indiferencia, la competencia, el privilegio, el autoritarismo, la supremacía de un género por sobre otro, y todo aquello que conocemos, vivimos y sufrimos a diario. Queremos una sociedad Socialista, basada en principios Libertarios.
Hasta aquí es posible que coincidamos y concordemos en líneas generales como Anarquistas. Lo que varían son los métodos y las formas, y por ello el movimiento anarquista es rico en su diversidad. Pero lo que nos inquieta a quienes escribimos estas palabras son también otras cuestiones.
Hace rato ya, que siempre charlamos y llegamos a la conclusión de que hay cosas de nuestras ideas que nos hacen ruido. Siempre evaluamos que los basamentos de nuestras ideas están bien, pero que hay cosas que carecen de actualidad. Muchas de nuestras discusiones y razonamientos se han debilitado, y mucha de nuestra capacidad de análisis ha quedado fuera de contexto, debido a que en muchos casos nos hemos quedado sin referentes o elaboradores y elaboradoras de teoría (en el sentido clásico que podían serlo un Bakunin, un Stirner, un Kropotkin, una Emma Goldman, o un Malatesta), o porque no hemos podido reflexionar y evaluar críticamente sucesos y experiencias históricas en profundidad. En los hechos, nos damos cuenta de que muchas de nuestras prácticas están descontextualizadas. Y lo más importante: existen innumerables cuestiones sobre las que, como anarquistas, no tenemos respuesta alguna (obviamente, porque cuando buscamos respuesta en nuestros referentes históricos, nos damos cuenta que muchas veces no tuvieron que enfrentarse con cuestiones y temáticas que son reflejo del contexto en que vivimos), y en ese caso, apelamos a una suerte de “sentido común libertario” con el que tratamos de cubrir esos huecos, esos baches, pero muchas veces también se traduce en “tomar prestadas” algunas ideas y preconceptos de otras tendencias del socialismo, sin animarnos a hacer el ejercicio nosotros y nosotras mismos/as. Pero nada de todo esto parece ser un problema serio para algunos y algunas. Extraño…
¿Por qué nos encontramos siempre corriendo, siempre atrás de una u otra cuestión, pero no podemos tomarnos un momento para pensar en nuestras cuestiones? ¿Por qué no hay un momento para debatir, para reflexionar y discutir nuestros problemas de fondo? En síntesis ¿Por qué no es posible pensar en espacios y en momentos para poder hacer un corte, y sentarnos a discutir, intercambiar y reflexionar, como libertarios y libertarias, nuestros principios, nuestras acciones, nuestros objetivos, nuestras realidades, de modo profundo, y sin dejar de hacer y participar de todo en lo que estamos?
Creemos que en las últimas décadas se han dado grandes pasos en cuanto a compromiso y militancia social. Existen gran cantidad de compañeros y compañeras trabajando, participando, fomentando y dando vida a innumerables iniciativas y acciones populares. Asambleas barriales, gremios, kasas okupadas, grupos editores, huertas colectivas, bibliotecas, centros culturales y un montón de espacios sociales, culturales y políticos diversos. Creemos que a la par de estas cuestiones, también son importantes las otras, las instancias de discusión y debate que permitan una actualización y reelaboración de nuestras ideas y nuestras prácticas libertarias.
Ese es un poco el porqué de esta revista. Nuestra intención es aportar al debate, al cruce, al intercambio y al análisis. No nos interesa ser la única posición ni la “correcta”, sino que deseamos poder brindar elementos para que los compañeros y las compañeras evalúen, discutan y saquen sus propias conclusiones. Creemos que en el Anarquismo oficialmente establecido no existen instancias o perspectivas como esta, y con esta publicación nos orientamos hacia ese horizonte. Esperamos que con esta iniciativa se profundice en los niveles de discusión, y se produzcan nuevos debates que son necesarios tanto para el campo libertario, como para todos aquellos y aquellas que busquen deconstruir esta realidad para producir una nueva.
Quienes escribimos esto somos trabajadores/as y estudiantes; también somos vecinos y vecinas; amigos y amigas; parejas y amantes; y muchas cosas más. Ninguno de nosotros y nosotras es un doctor, expertx o gran sabix, ni esperamos serlo. Vivimos la explotación y la dominación a diario, en todas las instancias de nuestras vidas. Anhelamos un futuro mejor, y trabajamos en ese sentido. No tenemos certezas, sino inquietudes. No buscamos tener las respuestas a todo, sino que nos preocupa entender las preguntas por resolver que existen.
Por supuesto, como nos interesa el debate y la discusión, esperamos que de lo que expongamos se formulen inquietudes y respuestas críticas, las cuales serán publicadas en estas páginas, las cuales están abiertas desde ya para todos aquellos y aquellas que anhelan un horizonte de emancipación e igualdad para toda la humanidad, y no de opresión, explotación y miseria.
Un horizonte libertario…

0 comentarios

Publicar un comentario